domingo, 17 de abril de 2016

LO QUE OCULTAN LAS BANDERAS


Días atrás un comentario de mi amigo "bloguero" Temujin acerca de las tensiones internas en Cataluña me hizo reflexionar un poco sobre la imagen de la Cataluña actual que se tiene en el resto de España.

Temujin mencionaba que aquí se señala con el dedo a aquél que hace ostentación de la bandera española, que se multaba y se sancionaba a los comerciantes que rotulaban su negocios solo en castellano, y que no existía la opción de escolarizar a los alumnos en colegios que imparten la enseñanza en castellano.

Muchas veces la información que se publica en los medios es como la imagen de un teleobjetivo : tiene muy poca apertura de foco y nos muestra un sector muy reducido de un paisaje. A veces esa imagen nos muestra una flor, y nos dá la impresión de que esté tomada en una pradera primaveral, pero si ampliamos el foco, cambiamos el objetivo a un "gran angular", vemos que esa flor está en un tiesto situado en mitad de un desierto. ¿ Cuál de las dos imágenes es mas fiel a la realidad ?. Las dos lo son.

Sobre el asunto de la rotulación obligatoria en catalán, a pesar de lo que se ha publicado, no exige a nadie que rotule única y exclusivamente en catalán su negocio o la información comercial pertinente, sino que sea bilingüe, como se puede comprobar en este enlace. Sobre este aspecto, he de aclarar  que familiares míos dirigen negocios que están rotulados únicamente en castellano desde hace mas de veinte años, y todavia nadie ha intentado sancionarlos.

Incluso hay algunas naves en polígonos industriales, ocupadas por importadores de mercancias procedentes de China, ¡¡ que están rotuladas únicamente en chino mandarín !!.

En cuanto a la escolarización sólo en castellano, tengo que darle la razón  a Temujin, la normativa del departamento de enseñanza de la Generalitat no deja ninguna opción a hacerlo.

Pero tengo que poner el acento en dos datos, en diez años, tan solo veinte familias han solicitado para sus hijos la escolarización exclusivamente en castellano, ¡¡ sobre una población de mas de siete millones de personas !!, y según el informe PISA del año 2.015, los alumnos catalanes demuestran un dominio del castellano escrito y hablado superior a los de las comunidades autónomas de Andalucía, Murcia, País Vasco, Extremadura, Comunidad Valenciana, Galicia, Canarias y Baleares.

Con los datos en la mano, el castellano goza de buena salud en Cataluña con respecto al catalán.

Pasemos por fin al asunto de las banderas. Desde hace unos cuatro años, al socaire del crecimiento del sentimiento independentista, los balcones de toda Cataluña se han convertido en un muestrario de banderas de todo tipo. Predominan las "senyeras esteladas", las independentistas, pero tambien hay otras. 

Aquí cada quién es muy digno de colocar en su balcon o ventana los colores con los que se identifica. Veamos las fotografías





Esta finca da casi la impresión de ser como la del comic" 13 Rue del Percebe de Ibañez. Los del entresuelo, independentistas y del "Barça", los del segundo, catalanes, los del tercero, catalanes y también españoles.

Solo echo en falta una bandera del Real Club Deportivo Español para acabar de completar este mosaico.





Aquí, los vecinos de los dos pisos del entresuelo se manifiestan catalanes y españoles. Aunque un podo dejados, eso si. A la bandera española no le iría nada mal una sesión de plancha. Todavía conserva las arrugas de haber estado plegada en su embalaje.



Los de este ático se declaran españoles y devotos del "toro de Osborne". Aunque la silueta del toro delata su fabricación "asiatica". La silueta del animal no se corresponde con el perfíl original del ya citado logotipo. El fabricante chino ha modificado el perfíl, y se ha ahorrado el pagar los derechos de imagen al propietario intelectual del logo.

Esta me parece cutre por dos razones : la primera porque es una imitación. Que menos que colocar una figura original cuando se trata de reivindicar la identidad.

La segunda. El "toro de Osborne", que se ha convertido en seña de identidad para algunos, no es otra cosa que la etiqueta de un coñac barato producido en masa  en los años sesenta por las bodegas de Osborne, el "Veterano", un coñac de baja calidad y muy popular en aquella época. 

Hemos convertido en símbolo nacional a la marca de un coñac responsable de la mayor parte de las cirrosis hepáticas de los años sesenta y setenta.

Lo malo de peinar canas y tener memoria es que recuerdas perfectamente el origen de algunas cosas, y no te permite tomarlas en serio.

La imagen, el símbolo de mi país, ¡¡ no puede ser una gilipollez semejante !!, aunque el congreso lo haya declarado bien de interés cultural.

Para mi no deja de ser un recuerdo de una época en que el miedo, el caciquismo y el subdesarrollo que paralizaban este país.

¡¡ Aaayyyy!!,  y las campañas publicitarias de la marca en televisión tampoco tenían desperdicio. Aparecía en pantalla una señora de buen ver, que con voz insinuante decía : " Veterano", ¡¡ es cosa de hombres !!.




Aquí, unos republicanos-independentistas o quizás, independentistas-republicanos. No acabo de entender muy bien como se pueden compatibilizar  ambas ideas. Al fin y al cabo, la Segunda República era un proyecto de estado federal,  que no llegó a su plenitud por las razones sobradamente conocidas por todos.

Como se puede apreciar en esta pequeña selección de fotografías, aquí cada uno es muy digno de mostrar los colores de su elección ideológica, sin miedos y sin reservas.

Pero no nos quedemos aquí, vayamos un paso mas adelante y veamos lo que ocultan las banderas de algunos. Son como los toldos de un circo, el auténtico espectáculo está detrás

Hay un viejo adagio que dice que los errores de los cocineros se cubren con salsas, y los errores médicos se cubren con la tierra de los cementerios.

Yo añadiría una tercera parte al refrán : "Las miserias de algunos se esconden tras una bandera".





La sede en Madrid del pseudosindicato "Manos Limpias". También luce la bandera de España.


La cartera oficial del ex-ministro Jose Manuel Soria también llevaba estampada la bandera de España, mientras sus negocios familiares tenían su sede en Panamá y otros lugares donde los impuestos son casi inexistentes. Es de un cinismo tremendo exigir como ministro a la ciudadanía el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, mientras los negocios de la familia no tributan ni un solo Euro a Hacienda, y además, disfrutan de exenciones fiscales.

Los Pujol, otros grandes "patriotas" junto a buena parte de la cúpula de Convergencia i Unió. Mientras hacían ondear la "Senyera" en los balcones oficiales, ponían el fruto de su saqueo a la sombra de la bandera Andorrana. 

Eso, al principio, después hubo que buscar otros "refugios" dada la cantidad de liquidez acumulada.  Esta semana ha aparecido uno de los Pujol entre los nombres que se citan en lo que se ha dado en llamar "los papeles de Panamá".

Aquí, a nadie le ha extrañado.

Otro ejemplo es el pseudo-sindicato "Manos Limpias". Una supuestamente "altruista" asociación de funcionarios y juristas que velaba por los intereses de la patria frente a los desmanes de políticos de izquierda y separatistas. Las investigaciones de la Guardia Civil han puesto al descubierto esta semana su verdadero naturaleza : una red de juristas dedicada al chantaje y a la extorsión a "mano armada" de querella judiciál  ( huyyy, mira, sabemos "cosas feas" de ti. O nos pagas "tanto" o te denunciamos y nos personamos como acusación particular ).  

Otros que hacían ostentación de la bandera nacional en el balcón de su sede.  ¿ Sindicato ?, si, del crimen organizado.

Y uno llega a la conclusión de que las banderas son muy útiles. Son el muro de contención de auténticos embalses de mierda, de codicia y de delitos.

Yo tenia un pacto no escrito con mi Patria, le juré lealtad, le dí los mejores años de mi existencia, y en algúna ocasión puse en peligro mi vida por cumplir con esa lealtad que le debía. Acaté también mis obligaciones como ciudadano en todo momento.

A cambio solo le pedí que este país, que emergia de la larga noche de la dictadura, fuese un sitio mejor. 

Donde todos tuviesen cabida, donde hubiese respeto mutuo, donde no se abandonase a nadie a su suerte. Donde todo el mundo tuviese derecho a un mínimo de dignidad, y a nadie le faltase lo imprescindible para tenerla.

Un lugar donde hubiese ciudadanos y no siervos como hasta entonces. Donde la educación borrase las desigualdades paulatinamente,  y la miseria y embrutecimiento se minimizasen gracias al trabajo, el progreso y la igualdad de oportunidades.

Pero mira por donde, y parafraseando un tango, "cuarenta años no son nada", y uno se despierta una mañana y descubre que en el fondo, nada ha cambiado.

El poder,  lo siguen ejerciendo los mismos de siempre, otra generación, si, pero "los de siempre".

El sistema judiciál sigue estando al servicio del poder como entonces, y el sistema político sigue podrido hasta la médula, como entonces, ocultando su enriquecimiento, sus verdaderos intereses con banderas y colores, repitiendo frases huecas que ya no engañan a nadie.

El pacto se ha roto, y no tengo colores que colgar en mi balcón ni en mi alma.

Pero Patria, tampoco tienes tú toda la culpa. Entre todos hemos permitido que esta banda organizada de ladrones te secuestre y se apropie de tí, para explotarte e ingresar los beneficios en cuentas opacas radicadas en vete a saber donde, y compartiendo banco con señores de la droga, traficantes de armas, o tratantes de esclavas sexuales.










viernes, 1 de abril de 2016

FÉLIX DE AZÚA O EL VIEJO ELITISMO BARCELONÉS



Hay días en que creo que el tiempo es un bucle y que periódicamente volvemos hacia atrás, que los estereotipos humanos que creíamos muertos o desaparecidos vuelven a la vida otra vez, como zombies cabezotas que se niegan a enterarse de que están muertos, de que su tiempo ha pasado, y de que solo son un cadáver movido por la inercia.

Hoy me han sorprendido unas declaraciones del filósofo, catedrático y escritor Félix de Azúa en una entrevista aparecida en la revista Tiempo.

En ellas el Sr. Félix se despacha a gusto con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Azúa declara que Colau " es como de risa ", y que su lugar adecuado seria  " estar sirviendo en una pescadería ".  Añade que Colau no está preparada para gobernar una ciudad como esta, y que " lo único que le importa es cambiar los nombres de las calles ".

Mire señor Azúa, yo respeto profundamente su trayectoria como académico y como escritor. De su capacidad no deja la menor duda el echar un vistazo a su bibliografia.  Pero sobre su inteligencia ya tengo mis serias dudas. Semejantes declaraciones son una metedura de pata cósmica y una muestra de su pensamiento mas intimo : es usted un elitista de tomo y lomo. Y algo cínico. 

Vaya por delante que yo como viejo barcelonés no soy un "fan" de Ada Colau y de su gestión en el ayuntamiento, y que creo que hay decisiones equivocadas en su forma de gobernar la ciudad que deben revisarse urgentemente

Pero usted me recuerda usted a aquellos antiguos "señoritos" de la burguesía radicados en la derecha del Ensanche, o vecinos de la zona de Sarriá o Sant Gervasio que conocí en mi juventud.

Gentes de la burguesía barcelonesa, que vivían de las rentas de una vieja fortuna familiar amasada por su abuelo o bisabuelo. Que habían crecido asistiendo a los buenos colegios religiosos del barrio, y que ya en edad, se habían permitido el lujo de cursar la universidad sin agobios y " cateando " los cursos que hicieran falta hasta licenciarse, después de haber establecido sólidas relaciones amistosas con los cachorros de los poderosos del momento. 

Amistades que garantizaban influencia, buenos negocios a la sombra del poder, y el estar en la "pomada" económica, social y cultural junto a los apellidos ilustres de la época.

Gentes que vivían en una burbuja social y casi endogámica. Que en sus noches de francachelas juveniles se permitían realizar "excursiones" a los cabarets del Barrio Chino para compartir unas horas de morbo viendo divertirse al "lumpen-proletariado" barcelonés, y que de madrugada regresaban a sus limpios y soleados pisos de cien metros cuadrados horrorizados por la miseria humana que habían contemplado jugando a ser canallas por una noche. Y dando gracias al destino por haber nacido en la cara limpia y acomodada de la ciudad.

Gentes que veían a los obreros y a las clases bajas como un mal necesario para seguir haciendo buenos negocios y poder conservar su " estatus", su medio de vida, y su butaca en el Liceo.

Si señor Azúa, conocí a estos "especímenes", a estos "niños de papá " que encargaban las camisas a medida en las sastrerías del Paseo de Gracia, conducían coches deportivos italianos con más prestigio que fiabilidad ( eran un autentico " chollo " para los mecánicos de la época ), y que enviaban al servicio a hacer las compras  y pagar sus facturas pendientes.

No me fastidiaba su afán de notoriedad y de lujo, lo que realmente me fastidiaba de aquellos tipos era su falta de empatia con los que no eran de su clase, su profundo egoísmo, y el creerse el ombligo de Barcelona y del mundo mundial.

Según ellos, habían venido a este mundo para veranear.

Los creía extinguidos del todo, barridos por la modernidad. Pero estaba equivocado. Quedan usted, y su buen amigo Albert Boadella.

Usted se marchó de Barcelona y de Cataluña renegando de ellas, diciendo que lo hacía "para que no le impusieran el odio a España " a su hija.

Mire señor Azúa. Soy barcelonés, he nacido, crecido y vivido aquí la mayor parte de mi vida. He conocido el franquismo, la transición y la democracia, y sigo viviendo aquí y ahora

Nadie impone aquí el odio a España. No tenemos "madrasas" donde se eduque a "pequeños talibanes" en el odio hacia España y lo español.

Aquí se puede ser español, español y catalán, catalán y español, catalán a secas y hasta mediopensionista.

La comparación entre Cataluña y Euskadi en los peores años de ETA que usted hace me parece un autentico fraude para los que le leen desde fuera de Cataluña, y una manera grosera de tergiversar la realidad de Cataluña.

Que tenemos una buena cantidad de independentistas es obvio a la vista del último resultado electoral. Pero son precisamente el resultado de los que como usted exageran, tergiversan y mienten sobre Cataluña y su realidad.

Son dignos " hijos suyos ", señor De Azúa. Que le aprovechen.

Para ser usted académico de la lengua, la usa con demasiada temeridad. Váyase con cuidado
cuando pase por su pescadería, puede ser que su comentario no le haya sentado muy bién a la pescadera.

¡¡ Ah !!, se me olvidaba, usted no frecuenta la pescadería, de eso se encarga su servicio doméstico. Aún hay clases.