viernes, 29 de octubre de 2010

..... Y ME QUEDÉ COLGADO EN LAS ALTURAS

Pensando aquello de " publica, o muere", abro el editór del "blog", sin muchas ideas de lo que voy a tratár hoy.

Levanto la vista al cielo, buscando inspiración, y me sucede lo que Serrát describe en su canción : " y me quedé colgado en las alturas". Aparte de que quizás al techo le vendría bien una mano de pintura, reparo en una tremenda mosca que recorre volando las alturas de la habitación de un extremo al otro.

- ¡¡ Joodeeer !!, vaya moscardón, si ya estamos en pleno otoño, ¿ de donde habrá salido ?.

Escucho unos pasos familiares avanzando por el pasillo. Por la puerta de la habitación aparece Timoteo comiendo uno de sus habituales bocadillos imposibles. Por el relleno que sobresale de pan, parece ser de salami con pimientos asados. No tiene criterio, ni gusto comiendo, pero no deja de masticár  todo el día.

- Tio, ¿ que estás haciendo ?.
- Trato de escribir un articulo para el "blóg".
- Nene, ¿ porqué no hablas de la "escandalera" que han formado estos días nuestros insignes escritores, esos intelectuales tan amigos del escándalo.

Timoteo tiene razón, se me pasaba por alto que estos días dos de las "glorias nacionales" de la pluma han sido noticia por sus desafortunadas declaraciones, ó escritos.  Arturo Pérez Reverte y Fernando Sánchez Dragó.

Fernando Sánchez Dragó es noticia esta semana, porque declara haber mantenido relaciones sexuales con dos adolescentes japonesas de doce o trece años en Tókio allá por la década de los setenta. Aduce que las dos muchachas iban ataviadas con minifalda y pintarrajeadas de forma burda con maquillaje chillón, y " mientras una ocupaba el lavabo de la habitación, la otra se me trajinaba ".

Está "confesión" está publicada en el libro : "Diós los cria, .... y Ellos hablan de sexo, drogas, España. corupción....",  escrito a dos manos con el directór teatral Albért Boadella ( o debería decir Alberto,  porque creo que ha renegado públicamente de su condición de catalán ). Está publicado hace unas semanas por Editorial Planeta, y es un libro de encargo de la editorial. La idea es reunir a dos personajes polémicos, por diferentes motivos,  del mundo cultural español, y pedirles que se sinceren hablando de lo divino y de lo humano.

Tengo que reconocér que Sánchez Dragó no es un escritor de mi devoción. Hace ya años, intenté leer su obra "Gárgoris y Habidis, una historia mágica de España", y me atasqué en la página treinta del primer volúmen. La obra pretende sér un compendio sociológico sobres las tradiciones supersticiosas y paganas españolas. Pero está escrito de una manera anárquica, desestructurada y caótica. En alguna parte aún tengo los dos volúmenes, cubiertos de polvo y esperando una nueva oportunidad.

Sánchez Dragó ha tenido una curiosa evolución ideológica. Allá por los años setenta del pasado siglo, pasaba por ser un intelectual de izquierdas. En 1.992 ganó el premio Planeta de novela con sú obra "La Prueba del Laberinto". El "Planeta", desde sú arranque, es  el los premio literarios mejor dotado economicamente de los que se conceden en España actualmente. Cuando la editorial le comunicó a Dragó que el importe en metálico del premio estaba sujeto a una tributación del 55 por ciento en concepto de impuestos, cogió un tremendo berrinche. Desde aquél momento, su ideología adquirió una cierta deriva hacia posiciones muy conservadoras. Actualmente se autodefine como ácrata y anarquista. Pero yo creo que sú "anarquismo" está mas cerca de los postulados liberales del "Tea Party" norteamericano, que de las tésis de Bákunin. O sea, "no toqueis mi dinero, no toqueis mi pistola, no toqueis mi libertád, no me digais lo que tengo que hacér".

Sigo sus colaboraciones en tertulias radiofónicas, y en los últimos tiempos, sus charlas se han vuelto casi monotemáticas : el sexo. Asegura sér practicante de algo llamado "sexo tántrico", inspirado en la filosofía hindú, que consiste en practicar el coito durante horas sin eyaculár.

A mí me da la impresión de que no es otra cosa que un vulgar viejo verde, con un falso barniz intelectual, que como tal, añora la potencia sexual perdida. Y la suple hablando de sexo con cualquier excusa, venga o no a cuento.

Se ha desdecido públicamente del párrafo donde relata su experiencia con las adolescentes japonesas, asegurando que no es cierto, pero lo impreso, impreso está.

Personalmente, creo que el "asunto"es producto de su imaginación. Pero el escandalo está servido.

Arturo Pérez Reverte también ha sido noticia estos días por unas desafortunadas declaraciones contra el ex-ministro Miguel Angel Moratinos a través de Twitter. Despotrica contra la despedida de Moratinos con lágrimas en los ojos de su cargo de Ministro de Exteriores : " se fue como un  perfecto mierda".

No seré yo quién defienda la labor de Moratinos al frente del Ministerio de Exteriores. Considero que sú tratamiento de la pasada crisis, ( una más ),  con Marruecos en las fronteras de Ceuta y Melilla ha sido blanda y prácticamente inexistente. Sus gestiones en Cuba para conseguir la libertad de los opositores encarcelados han sido agridulces. Ha conseguido la liberación de unos cuantos, pero a cambio de exiliarse en nuestro país, y sin que el régimen de Castro se mueva un solo centímetro hacia una transición política, que es lo que realmente necesita el pueblo Cubano.

Una gestión mediocre que no pasará a la historia, vamos. Pero el insulto fácil no es una forma de crítica aceptable, nunca.

Desde hace mucho tiempo siento admiración por Arturo Pérez Reverte. Su forma de escribir ficción, la exhaustiva documentación que realiza para ambientár sus novelas, la forma en que maneja el castellano, dando riqueza a sus textos. También me admira su capacidád para publicár lo que piensa sobre la literatura y la actualidád, sin tapújos. Pero esta véz se ha pasado.

En la vida pública de este país, el insulto fácil, la groseria, y la ordinariéz se practican con una facilidád pasmosa, y son  gratuitas. Creo que todos aquellos como Reverte y Dragó, por sú condición de figuras públicas, deberian ser mas cuidadosos con sús palabras. Porque la opinión, es como el trasero, todos tenemos uno., y no lo mostramos en público.

Aprovecho el messenger para realizár una encuesta rápida entre mis amigos de confianza, la pregunta es :

                               " Que demonios les pasa a nuestros escritores ultimamente"

Las respuestas llegan al cabo de un rato, las transcribo en porcentajes :

                             - No sabe, no contesta  : 10% ( ¿ Quién es Sánchez Dragó ? )

                              -Alguien ha distribuido whiskey adulterado : 20%

                              - Siempre han sido iguál de brutos, no tienen remedio : 70%

La reflexión es : si estos son nuestros intelectuales, con una catadura moral mas que dudosa, ¿ como serán nuestros analfabetos?.

Timoteo se ha zampado el bocadillo sentado a mi lado, criticando mientras mí artículo,  hablando con la boca llena. Suelta un eructo que suena como un epilogo.

- Vamos a ver si lo entiendo, Timoteo. ¿ Si eres un producto de mi imaginación, un personaje que he creado yo, si no existes físicamente, como consigues vaciarme la nevera ?.
Permanece en silencio unos instantes, y después responde :
- ¿ Que harías sin mí, Rodrigo ?. Estarías muy aburrido.
- Anda, ten un detalle conmigo, baja al supermercado y compra y repone en la nevera todo lo que has devorado esta semana, que aquí también estamos en crisis.
- No, me marcho unos días a Madrid con la pantera, digo con Rosario. Tiene unos días de vacaciones y los pasaremos juntos.

Miro a Timoteo, y veo una sonrisilla idiota en su cara. Sin duda alguna, es un hombre enamorado.
- Por mí, como si te quedas allí, ¡¡ tragón, ruina !!.

                                               El pistolero visionario ha vuelto :

                                               El Evangelio según San Timoteo Pistolero

                                     

domingo, 24 de octubre de 2010

LOS JUBILADOS Y SU PELIGROSA "TIMBA" ILEGÁL


Hay días que los noticiarios de la T.V. parecen una obra de ciencia ficción, o directamente un argumento absurdo sacado de alguna de las novelas de Fránz Káfka. Hace un rato no daba crédito a lo que estaba contemplando a través de la pantalla.

Esta semana, en Palma de Mallorca, la Policía Nacionál ha entrado en un clúb parroquial de jubilados, con un mandamiento judicial, y ha procedido a la confiscación de los cartones numerados con los que los abuelos jugaban al "bingo". También procedieron a la identificación de los presuntos "delincuentes" de la tercera edad sorprendidos en plena lujuria "binguera".

Es un local social, dependiente de la parroquia del barrio, y donde la gente mayor se reune para matar la soledad y el aburrimiento. Conversaciones intrascendentes, partidas de cartas, juego de parchís, e inocentes partidas de "bingo" al exorbitante precio por cartón de ¡¡ diez céntimos de Euro !!. Vamos, todo un "peligro" para la estabilidad social y la economía de los abuelos.

Según declaraciones tomadas a los presuntos "delincuentes" octogenarios, dedicaban una parte de la recaudación de las partidas de "bingo" a financiarse meriendas y excursiones. Básicamente entretenerse, porque con una pensión que ronda los quinientos Euros mensuales, el presupuesto disponible no da para mas.

Los miembros de la Policía Nacional no han hecho otra cosa que cumplír con un penoso y ridículo deber.
La Asociación de Salas de Bingo de Palma de Mallorca ha presentado una denuncia contra el clúb parroquial por "juego clandestino y competencia desleál".

Imagino que con los tiempos que corren, las salas de juego legal no pasan por momentos boyantes, pero dudo mucho que un jubilado con una pensión como la antes mencionada, pueda ser un cliente regular de ellas.

El gobierno Balear, ha tomado cartas en el asunto, y se ha comprometido a resolvér el incidente si realmente se demuestra que los abuelos montaban las partidas solo con intereses meramente lúdicos.

Seria bueno que se resolviese sin demasiados aspavientos, porque si este asunto llega a los tribunales de justicia, el ridículo puede ser cósmico.

Siempre he pensado que la justicia es un derecho universal para todo el que crea que han sido lesionados sús interéses o sús derechos, pero estoy observando últimamente una banalización progresiva de la justicia. Multitud de demandas que se presentan por motivos triviales, incluso la aparición de denunciantes profesionales, que si un júzgado desestima algúna demanda por considerarla irrelevante, presenta denuncia contra ese júzgado ante otro por prevaricación.

Tenemos un aparato judicial claramente obsoleto en cuanto a medios, e insuficiente para atender la creciente demanda de justicia de una sociedad cada día ,mas compleja. Y con este tipo de denuncias ridículas, no hacemos ningún bien a su correcto funcionamiento.

Espero que este incidente no llegue a juício, pero que si llega, el juéz obre en consecuencia y condene a los denunciantes a pagár las costas judiciales, una multa por hacerles perdér el tiempo con denuncias injustificables, y a pagarles un crucero por el Mediterraneo a los pobres abuelos denunciados, en compensación por el susto ocasionado por la irrupción de la policia, y por ser tratados como presuntos delincuentes.

Mi cuñado tiene un bar restaurante en el barrio. Una parte de los parroquianos suelen jugár regularmente una partida por las tardes. Nada serio, solo se apuestan la ronda de cafés y copas que consumen. En vista de como ván las cosas, le he recomendado que retire la barajas de naipes del locál. No vaya a sér que el Casino de Barcelona presente una denuncia contra el locál por competír ilegalmente contra sus mesas de póker. 
                                
                                           El pistolero visionario ha vuelto :

                                           El Evangelio según San Timoteo Pistolero

Saludos amigos-as mios.









martes, 19 de octubre de 2010

PAPELES


Cruzó a paso rápido la plaza con el porta-dossier bajo el brazo. Desde que aquél inspector de la Agencia Tributaria había entrado en su despacho hacia unas semanas, no había conocido la tranquilidád. Le habían solicitado que aportase todas sus declaraciones de impuestos de los últimos cinco años, y un sin fin de documentación adicional relacionada con la contabilidád de su pequeño negocio.

Hacia ya unos días que había empezado a presentar los documentos, pero en cada visita que realizaba a las oficinas provinciales le exigían la presentación de otros documentos adicionales, y cada vez que visitaba al inspector que llevaba su expediente, salia a la calle con una lista de documentos a presentar más larga aún que la anterior.

Estaba al borde de una ataque de nervios, y su actividad profesional se había resentido durante aquellas últimas semanas. No conseguía dormir pensando en la posible sanción económica que le podía acarrear aquella inspección. Aunque por otro lado, creía haber pagado hasta el último céntimo de los impuestos que le correspondía pagar. Pero con la espesa ley tributaria en vigor, nunca se sabia.

Cruzó el control de seguridad de la entrada principal y se dirigió a la tercera planta, con la remota esperanza de que fuese esa su última visita a aquellas oficinas tan poco gratas.

Tuvo suerte, no había ningún visita en el despacho del inspector Méndez, y este, al levantar la vista de la pantalla del ordenador, le indicó con un gesto que entrase en el despacho.

- Buenos días señor Méndez, creo que hoy traigo ya toda la documentación que me ha solicitado-, dijo tratando de sonreír aparentando una serenidad que no sentía, y extendiéndole al inspector la carpeta con la documentación.
- Veamos-, dijo Méndez pasando la vista sobre las hojas. - Ummm , veo que faltan aún los impresos modelo 131, el 121 y los recibos de pago de las tasas de saneamiento de los años 2.005 al 2.009. Tendria que traerlos también antes del martes que viene, ya que si no, tendré que cursar el expediente sin ellos, y eso posiblemente le acarreé una multa por impago.

No pudo más y estalló.

- ¡¡ Pero, pe... pero bueno !!, ¿ustéd creé que me puedo pasar la vida trayendoles a ustedes una documentación nueva cada semana?, ¿ que no tengo nada mejór que hacér?. ¡¡ Yo no soy idiota!!, ¡¡ estos papeles que usted me pide no están entre los que me pidieron inicialmente !!, ¡¡ a que están jugando ustedes commigo!!.
- Señór Martín, ¡¡ no se ponga ustéd insolente !!. Traígame ustéd esos documentos lo mas inmediatamente posíble y su caso estará cerrado para revisión.
-¡¡ Me gustaría saber para que demonios necesitan ustedes tanto papeleo !!.

Tras el último exabrupto se hizo un incomodo silencio dentro del despacho. El inspector Méndez miraba a Martín por encima de la montura de sus gafas fijamente.

- ¿ Realmente quiere usted saber para que necesitamos tantos papeles ?-, le espetó a Martín el inspector.
- ¡¡ Siiii !!, quiero averiguarlo-, respondió entre furioso y desafiante.

Méndez se levanto de la silla y se dirigió a la puerta del despacho. Abrió la puerta y con un gesto le indicó a Martín que le acompañase.
- Va usted a comprobár para que es realmente necesario todo esto, la verdad última.

Cruzaron la tercera planta y se dirigieron al ascensor. Mientras descendían a la planta baja, Méndez prendió en la solapa de la chaqueta de Martín una placa de visitante con un código de barras impreso.
- Es para que usted tenga acceso a las áreas reservadas del edificio.

Una vez en la planta baja, se dirigieron al fondo de la oficinas. Cruzaron una pequeña puerta, y entraron en un almacén donde una infinidad de documentos se apilaban en paletas de transporte, que varios empleados movían con carretones hidráulicos. Era una sala de grandes dimensiones, y hasta donde alcanzaba la vista de Martín, estaba abarrotada de documentación.

Se dirigieron a un montacargas, que el inspector Méndez accionó con una llave, la plataforma descendió durante un tiempo que a Martín le pareció largo . Salieron a un largo pasillo recto con las paredes de hormigón armado al descubierto, solo cubiertas con una capa de pintura gris. Llegaron ante una pesada puerta de acero, Mendéz colocó un pase parecido al de Martín ante un lector láser, y la puerta se abrió ligeramente tras un chasquido metálico. Entraron en un pasillo que era un prolongación de anterior, aunque bastante más corto. Méndez invitó a entrar a Martín por una puerta lateral. Entraron en una pequeña habitación que parecía ser un vestuario. Abrió una armario metálico y extrajo dos extraños blusones de color rojizo oscuro con capucha. Le tendió uno de ellos a Martín.

- Tenga, póngaselo y cubrase la cabeza bien con la capucha.

Martín, se había sentido desconcertado con el trayecto que había realizado a través de todo el edificio, pero la obligación de ponerse aquél extraño atuendo empezó a hacerle sentir cierta inquietúd, todo aquello parecía muy extraño.
Una repentina vibración que se hizo sentir a través de las paredes le hizo sobresaltarse.

- No tema, estamos a unos cinco metros por debajo del nivel del túnel ferroviario de la calle de Aragón, eso que ha escuchado es un tren pasando sobre nuestras cabezas.

Cuando los dos se había vestido ya con aquél jubón y cubierto sus cabezas con la capucha, el inspector sacó del armario dos placas en forma de media luna con una cadena engarzada a los extremos, y unos extraños caracteres grabados.

- Cuelguese esto del cuello con la placa sobre el pecho, es escritura cuneiforme sumeria, es la única que EL reconoce
- ¿ Quién es EL, dijo Martín con un ligero temblor en la voz.



- No se preocupe, mientras este saciado o comiendo, no es peligroso, y esa placa le identifica a usted como servidor suyo, solo le recomiendo que no grite ni haga gestos bruscos.

Salieron otra vez al pasillo, y se dirigieron a otra puerta idéntica que la primera, de acero reforzado y accionada por un cierre lector de láser. Martín empezaba a transpirar nerviosamamente.
Al cruzarla entraron en una sala grande excavada en la pura roca del subsuelo, iluminada muy tenuemente por lámparas de baja potencia en las paredes

Al fondo, se abría la boca de un túnel, ante la cuál había otro encapuchado con la misma indumentaria que ellos vestían. Junto a él, en el suelo había dos paletas de documentos. Algo más detrás, había varias más y un carretón hidráulico para moverlas.

Un rumor procedente de túnel, que poco a poco derivó en un siseo hizo que el poco valor que aún conservaba Martín desapareciese, y un temblor leve, pero incontrolado se apoderase de su cuerpo.

Apareció surgida de la oscuridad una cabeza monstruosa, de un ser ó animal que Martín no pudo identificár como reptil, mamífero o ave. Solo vislumbraba unos extraños ojos y una enorme boca que se abría con un ronroneo. Inmediatamente, el encapuchado situado delante de ellos empezo a lanzár papéles en el interiór de aquella bocaza. Aquél sér masticaba con deleite las pilas de papeles que caian en sú bocaza.
- ¿ Lo entiende ahóra señór Martín ?.
- Ssss.. Sssiiiï, pero, ¿ que es eso ?, ¿ de donde ha salido ?.
- ¿ Habia oido ustéd esas leyendas medievales sobre dragónes que se alimentaban de carne humána ?.
- ¡¡ Sí !!.
- Pués ahí tiene a uno de ellos. Hace unos trés siglos que nosotros, los guardianes, descubrimos que prefiere el papél impreso a la carne humana, desde entonces hemos conseguido que no emerja a la supercífie y no siembre el terrór, a cambio de saciarlo con papél.
- ¿ Hay más como "eso" ?.
- No, creemos que nó y que és el último de sú especie. No sabemos cuanto tiempo más durará. Pero mientras tanto, lo mantenemos bajo control alimentandolo.
- ¿ Es inteligente, tiene nombre ?.
- Su inteligencia es comparable a la humana, aunque carece de lenguaje. En la Biblia se le cita como  Leviatán. En la alta edád média, el poeta loco árabe Abdúl Al-Hazred lo menciona en sú obra " El Necronomicón " como  "aquél que se arrastra en la oscuridád". Y aquí,  algún gracioso lo "bautizó" hace unos años como "Burocracio". Volvamos a mí despacho.

Se despojaron de la extraña indumentaria y deshicieron el camino hacia el despacho de Méndez en la tercera planta. Martín había recobrado el dominio sobre sí mismo, aunque continuaba transpirando. De camino, Méndez sacó una botella de agua minerál de una máquina expendedora.

Ofreció asiento a Martín frente a su mesa. Oservó que aquél pobre hombre aún sudaba copiosamente.
Méndez extrajo un frasco de uno de sus cajónes. Lo abrió, sacando una diminuta píldora, que ofreció a Martín junto con la boettal de água.

- Tomese esto, le ayudará a sobreponerse, confíe en mí.

Martín tomó la pildora con manos temblorosas, y se la tomó, pasandola con un trago de água.  Mientras recogia los papéles de la mesa, notó como un sopór invencible se apoderaba de el.

Despertó sentado en la misma silla, algo desorientado. No reconocia donde estaba, ni lo que hacia allí.

- Se ha desmayado durante unos instantes, señór Martín.
En aquél momento reconoció la vóz y el rostro del inspectór Méndez. Estaba en la delegación provinciál de la Agencia Tribútaria.

- Aunque aún faltan algúnos documentos, damos por cerrado sú expediente, señór Martín. Aparentemente todo está en órden. No se lo tome a mál, tan solo ha sido una inspección rutinaria preventiva , y ustéd la ha superado todos los requisitos. No hará falta que vuelva por aquí. Y cuando sálga, tómese un café bién cargado. Lo que le ha sucedido tiene toda el aspecto de sér una bajada de tensión arteriál. Cuidese. Buenos dias.

- Gracias, muchas gracias. Buenos dias.

Martín alcanzó la salida con una extraña sensación. Se alegraba de haber superado la inspección fiscál, pero se sentia algo desorientado aún por el desmayo, y preocupado. Aquello no le habia sucedido nunca.
Al cruzár sobre un enrejado de desagüe en el asfalto , la visión de la cloaca le produjo una extraña sensación de miedo, creyó escuchár un debil siseo procedente de allá abajo. A partír de aquél dia, se le hizo difícil tomár el ferrocarríl metropolitano. Los túneles subterraneos le inspiraban un miedo irracionál.

Unos minutos más tarde de que Martín saliera de sú despacho, después de ordenár la documentación y entregarsela a sú ayudante para que la archivase, el inspectór Méndez extrajo un viejo libro de la caja fuerte que se escondia trás una acuarela colgada de la paréd que habia trás su sillón. Era un viejo tomo encuadernado en piél, por el que cualquiér coleccionista bibliófilo pagaria una autentica fortúna. Era una traducción latína del "Necronomicón", realizada en un monasterio toledano hacia el año 1.100, y escrita sobre pergamino auténtico. Abrió aquella antiguedád por la página marcada con una cinta de seda roja.

 Allí estaba aquél salmo escrito en arameo antiguo, la invocación que podia detenér a aquella extraña criatúra que ronroneaba masticando papél treinta metros por debajo de sú despacho. Aquella frase escrita en una lengua muerta que no entendia era la última linea de defensa, lo único que podia detenér a aquella béstia en caso de que todo lo demás fallase.

La conocia de memoria, peró volvió a recitarla repitiendola, como una oración desesperada.


Hoy he decidido tomarme la licencia de publicár este pequéño relato para rompér un poco la rutina.
Anoche me dormí leyendo un relato corto de H.P. Lovecraft. No sé muy bién si  debido a esta lectúra, he tenido una pesadilla horrorosa, que he estructurado en forma del relato que acabais de leér.

¿ Os gustan mis pesadillas ?

 

viernes, 15 de octubre de 2010

UN CIERTO Y NECESARIO PERIODISMO

Günter Wallraff, ( nacido el 1 de Octubre de 1.942 en Burscheid, Alemania ) es el claro ejemplo de un periodismo combativo, a la véz que muy necesario en nuestra sociedád actuál, donde un liberalismo mal entendido amenaza con minimizár los derechos y las libertades individuales, en beneficio de esa entelequia que se ha dado en llamár últimamente " el libre mercado " y que no es otra cosa que el capitalismo tradicionál llevado a sú extremo más salvaje y depredadór.

Wallraff llegó al periodismo de una forma relativamente casuál. En 1.963 debia incorporarse al servicio militár obligatorio en el ejército de la República Federál Alemána. Tan solo dós meses antes de sú fecha de incorporación, decidió declarase objetór de conciencia, lo que le acarreó serios próblemas, acabando ingresado en un hospitál psiquiátrico militár. El informe médico destacaba que poseia una personalidád anormál y que constituia un peligroso foco ideológico que podia extenderse. Llevó un diario con sús experiencias durante durante sú paso por el ejército y sú internamiento en el psiquiátrico, y Heinrich Böll, uno de los escritores mas críticos con la Alemania de la post-guerra, le animó a publicarlo, convirtiendose en un éxito de ventas.

Estos hechos encauzaron el futúro profesionál de Wallraff hacia el periodismo de investigación. Decidió levantár las alfombras del bienestár alemán, sacando a la supercifie la miseria acumuláda trás el aparente progreso alemán de post-guerra.

Entre 1.963 y 1.965 trabajó en varias empresas metalúrgicas alemanas. Sús reportajes sobre las penosas condiciones de trabajo se publicaron en el periódico sindicál Metall, levantando revuélo y sensación. Después los publicaria recópilados en un libro : Te necesitamos a tí.

Sú nombre fué incluido en una lista negra en los departamentos de contratación de las grandes empresas, lo que no impido que continuase infiltrandose en sús plantillas bajo nombre falso y realizando las crónicas sobre la inseguridád laboral, y las secuelas en la salúd de los trabajadores.

En 1.974, durante un viaje a la Grécia de la dictadura de los coroneles, fué detenido durante en transcurso de una protesta, siendo encarcelado y torturado, hasta que sus carceleros descubrieron su condición de extranjero y súbdito alemán. Fué condenado a catorce meses de prisión por actividades subversivas, y posteriormente puesto en libertád a la caída de la dictadura militar griega.

Tampoco es un periodista corporativista. En 1.977 se infiltró en la redacción de periódico sensacionalista Bild, denuciando en varios artículos los metodos poco escrupulosos de redacción e investigación de este diario, el primero en tirada de ejemplares en Alemania. El Consejo de Prensa Alemán emitió seis advertencias a la empresa editora de Bild por sú escasa ética en el tratamiento de la información, pero también otra para Wallraff pór falseár sú identidád para conseguír información interna sobre este diario.

La empresa editora del diário pleiteó ante los tribunales para impedír la publicación del trabajo de Günter sobre sú periódico, consiguiendo tan solo la revisión de ciertos parrafos sobre las conversaciones de los redactores de Bild, que se publicaron ostensiblemente tachados en negro en las siguiéntes ediciónes.

Su trabajo más conocido publicado en castellano es : "Cabeza de Turco". En él se narran las experiencias de Wallraff durante un pár de años, durante los cuales se hizo pasár por un inmigrante ilegál túrco, Alí, empleado en la economia sumergida alemana. Las penosas condiciones laboráles le pasaron factúra : " ... problemas musculares, de huesos y bronquiáles, apenas podia caminár más de quince minútos, nos obligaban a trabajár sin máscaras en una fábrica metalúrgica de acero, la de Thyssen ".

El reláto de estos dos años se convirtió en un best-seller. Y afortunadamente trajo consecuencias positivas positivas. El grupo Thyssen y otras empresas fueron obligados a contratár técnicos en seguridád laborál, y las jornadas de dieciseís horas consecutivas fueron prohíbidas.

Con lo beneficios del bombazo editoriál, creó una fundación que defiende los derechos de los trabajadores afectádos por despidos improcedentes o condiciones de trabájo penosas.

Enrojece y avergüenza conocér reálmente el orígen de la fortuna que hay detrás de los Thyssen-Bornesmyza que corren por nuestro país, ejérciendo el mecenazgo en el árte y la cultúra, y apareciendo con frecuencia en la prensa rosa. Sencillamente, la sangre de otros.

Sú ultimo trabajo : " Con los perdedores del mejór de los mundos", explora el submundo de la mendicidád y de los "sin techo". En él relata que al inicio de sú trabajo, se caracterizaba vistiendo de una forma extravagante. Pero tratando a los marginados descubrió que eran en sú mayoria gentes normáles, que procuraban cuidár sú aspecto, y que quizás en tiempos pasados no harian acabado viviendo en la calle.
Su conclusíón fué demoledora : cualquiera puede acabár en la indigencia y sobreviviendo en las calles.


No sé si los periodistas como Wallraff son una especie en extinción, pero creo que el periodismo actuál se aleja de los caminos del periodismo sério de investigación clásico. El poco periodismo de este género que se practíca en España, está mas orientado a la morbosidád barata y al sensacionalismo más apestoso.

Hoy mas que nunca, son necesarios periodistas de este fuste, y con la profesionalidad escrupulosa de Günter Wallraff. Durante sús años de trabajo, ha acumulado cientos de denuncias en los tribunales. No ha sido condenado en nigúna ocasión. Posiblemente las haya encuadernado en tomos y guardado el la libreria de sú casa.




                                                          Portada de Cabeza de Turco

                                           Obra disponible de Günter Wallraff en castellano :

                                           - " Un periodista indeseable  "
                                           - " Cabeza de Turco"
                                           - " Con los perdedores del mejór de los mundos "

                                         Las trés están disponibles en el catalogo de la editoriál Anagrama

lunes, 11 de octubre de 2010

RETORNO AL BARRIO CHINO



Este "post" de hoy es un pequeño apendice al anteriór, adherido a la jornada por la convivencia en la "blogosfera".

Nací en la Calle del Hospitál de Barcelona, una de las calles transversales que arrancan en la Rambla de Las Flores. A un paso de uno de los paseos mas bellos del mundo, y a unos metros escasos del Gran Teatro del Liceo, monumento de la cultura lírica y musicál. También muy cerca del Mercado de la Boqueria, otro monumento, pero de la cultura gastronomica mediterranea. Alimento para el espiritu y el cuerpo.

Los lectores que me sigan desde fuera de Barcelona, y sean aficionados a la literatura negra, quizás tengan referencias del barrio a través de la obra de Manuél Vázquez Montalbán. Su serie de novelas protagonizadas por Pepe Carvalho están ambientadas en sús calles, y reflejaban con bastante fidelidád el ambiente del lugár.

No puedo decír que la mia fuese una infancia idílica, pero no me faltó nada de lo esenciál que precisa un niño para crecér. Vivír en este barrio, a pesár del mala fama que acarreaba en aquélla época, fué un privilegio. La belleza y la miseria convivian en el barrio, interactuando entre ellas. Allí convivian humildes trabajadores con la pequeña delincuencia endemica en el barrio. Las prostitutas y las amas de casa que realizaban las compras en el mercado compartian aceras.

Aunque ahora, con la perspectiva de los años pasados, creo que aquella pequeña delincuencia era bastante ingénua, "naíf" por decirlo de una manera gráfica. Llevaban una vida aparte, en sú mundo, sin interferír casi en la vida del resto del vecindario, gente de clase trabajadora compuesta por pequeños artesanos y comerciantes de la zona, pescadores, marinos y trabajadores portuários. Eso fué antes de que las drogas irumpiesen con fuérza en el viejo bárrio, con toda sú carga de dramatismo y miséria. La heroina mandó a las cárceles o al cementerio a toda una generación de jóvenes.

En 1.974 mi familia decidió mudarse al Ensanche. Surgió la posibilidád de irnos a vivír a la calle Córcega, cerca de la Escuela Industriál y el Hospitál Clínico, y mi madre, algo cansada del mál ambiente que empezaba a extenderse por la zona, convenció a mi padre de realizár la mudanza. Tengo que reconocér, que aunque mi madre no conocia a fondo el ambiente del barrio, tenia una fina intuición. Las flores del mál estaban creciendo en sús oscuros rincones hasta desbordarlos.

Me adapté rápidamente al nuevo barrio, y mi entrada en la adolescencia abrió paso a una época frenética de mi vida. Compaginár un prematuro trabajo con mis estudios nocturnos no me dejaba demasiado tiempo, ni siquiera para añorár las amistades y compañias del viejo bárrio. Mis visitas a él eran poco menos que ocasionales, y la vieja pandilla de amigos se habia dispersado, unos siguiendo el ciclo de estudios ó trabajo, otros, los menos, iniciando sú descenso a los infiérnos que suponian la delincuencia, las drogas y la cárcel.

Fué a finales de los años setenta. A los políticos municipales de la época, el nombre de "Barrio Chino", o él "Chino" les desagradaba, para los políticos progresistas, señoritos de la parte alta de la ciudad, era un nombre que evocaba delincuencia, drogas y prostitución. Decidieron cambiár la denominación por la de "El Ravál" ó "Ravál", mas politicamente correcta para ellos. La verdád es que para los residentes del barrio, y para mí, el viejo nombre no tenia nada de peyorativo, incluso nos sentiamos orgullosos de él. Un nombre ó una palabra, intrinsecamente nunca són negativos. El nuevo nombre intentó sér una capa de maquillaje para dulcificár la degradación progresiva de aquellas calles.

Volví casuálmente una mañana de primavera de 1.989. Yo era un jovén comerciál de una empresa metalúrgica especializada en recambios para automóviles de importación, y uno de los clientes más interesantes de mi cartera tenia las oficinas en la calle Peu de la Creu, en el corazón del barrio chino. Decidí prescindír del coche y desplazarme en el ferrocarríl metropolitano, aparcár un coche en aquella zona ya era una misión imposible en aquella época. Emergí a las Ramblas desde la estación de Liceo, y me detuve unos instantes a contemplár los puestos de flóres del tramo centrál del paseo. Aún reconocí las caras de algúnos-as de los vendedores, habian mas canas y arrugas que antaño, pero seguian en sús pequeños puestos, inundando de colór y belleza aquél lugár como siempre habian hecho. Los colores de fuego de las rosas me daban la bienvenida.

El viejo barrio habia seguido recibiendo inmigrantes continuamente desde que me marché de alli. Pero esta véz no procedian de otras zonas del país. Llegaban del otro lado de los mares que nos rodean. las calles se habia poblado de gentes del Magréb, de Paquistán, del África negra y de Ásia. Habia bastante recelo por parte de los antiguos residentes hacia los recién llegados. Sús complicaciones con el idioma eran una dificultád añadida, y los problemas de integración, bastante sérios. Los roces y los conflíctos, inevitables.

Crucé las pequeñas calles contemplando el espectáculo de la nueva diversidád instalada allí. Carnicerias Halál para el consumo de los musulmanes, pequeños bazáres de electrónica barata regentados por paquistaníes habian desplazado a los negocios tradicionáles. Los primeros chinos habian abierto sús pequeños restaurantes.

Llegué a la calle de los Ángeles justo a las doce del mediodia. El viejo colegio daba la salida a las clases de la mañana, y un grupo de crios en la entrada del colégio con sús gritos llamó mi atención.

Era un grupo hetereogéneo, mucho. Casi parecian el arco iris. Habia entre ellos magrebíes, negros, blancos y algún asiático. Tenian como origen los cuatro puntos cárdinales. Estaban abrazados por los hombros, y cantaban al unísono, a berrido límpio con toda la fuerza de sús jóvenes pulmones un viejo y conocido himno : el del Fútbol Clúb Barcelona.

La imágen de aquél grupo de mocosos multicolores, súcios trás una sesión intensiva de recreo, y cantando alegremente el himno del "Barça" me llegó al alma, y barrió todos mis prejuicios y mis desconfianzas hacia la nueva inmigración de un solo gólpe.

Puede sér que sús padres tengan serios problemas para hacerse entendér, que quizás nunca acaben de integrarse del todo. Pero sús hijos han arraigado en esta tierra con raices fuértes, son uno más de nosotros, y tienen aquí sú vida, sú futuro y sús sueños.

Me alejé del grupo de pequeños con un nudo en la garganta. Me habia reconocido en ellos.

Hoy mi antiguo bárrio se hunde en la degradación. El escándalo de corrupción en la Concejalia del Distrito es solo la parte visible de la decadencia ideológica y materiál que sufre toda Barcelona.

Treinta y trés años de gobierno municipál del mismo colór político son demasiados. Al ex-alcalde Pascuál Maragáll, artífice de la transformación olímpica de Barcelona, a quién tengo que reconocér sú profesionalidád, sú trabajo y sú éxito en el ayuntamiento, le han sucedido un pár de alcaldes mediócres, rodeados y ayudados por concejáles más mediocres aún. El gobierno municipál se limita a "parcheár" los problemas con soluciones ineficaces que solo buscan el titulár periodistico de urgéncia. La diferencia entre un político y un estadista, es que el político gobierna con soluciones a corto plazo, y el estadista busca soluciones que dentro de veinte, treinta años, sigan siendo aún válidas. Necesitamos estadistas con urgéncia.

Hace falta un cambio profundo. Por muchos motivos, pero principalmente por higiene democrática. Paradojicamente, la democracia ha desarrollado una tirania blanca y blanda, pero tirania al fín y al cabo. Bajo las sombras de un podér político tan prolongado, siempre crecen los parásitos indeseables.


jueves, 7 de octubre de 2010

JORNADA DE LA CONVIVENCIA EN LA "BLOGOSFERA"


Hoy, ocho de Octubre, unos centenares de "blogueros" hemos acordado hablár de un tema universál, tanto geograficamente como cronologicamente : la convivencia.
La cuestión es hablár de ella, con el significado particulár que tiene para cada uno de nosotros esta palabra, y las experiencias que cada uno acumulamos bajo el significado de este concepto.



En mi caso, evoca mi pasado familiár. Nací en esta tierra, a la sombra del monte Tibidabo en una tarde de otoño de un año lejano. En esa hora en que el crepúsculo rinde sú última lúz en un destello violáceo sobre la Sierra del Garráf, y las luces de Barcelona dibujan el trazado cuadriculado de la ciudád, que invitan a seguirlas hasta alcanzár el már.

Mis padres llegaron a esta tierra procedentes del súr, de una Andalucia devastada por la posguerra, por el caciquismo y el hambre, por la falta de oportunidades y de dignidád para sús hijos.

Desembarcaron de un trén en la vieja Estación de Francia, por entonces grís, súcia y destartalada. Me ha costado encontrár una fotografia de la época que refleje aquél ambiente. Hoy la estación luce sú belleza metálica restaurada y luminosa, convertida en una catedrál del ferrocarríl. Pero no siempre fué así.

En aquél lento ferrocarríl, que tardaba dos dias y pico en cubrír los escasos novecientos kilómetros, ellos empezaron sú experiencia en convivír con el resto del pasaje durante aquél duro viáje.

Llegaron a la Barcelona de finales de los cincuenta del pasado siglo. Una ciudád y una región que necesitaban deseperadamente mano de obra procedente del resto del país, y que ofrecia al menos la posibilidád de progresár trabajando duramente.

Traian con ellos las costumbres de sú tierra andaluza, sú forma de entendér la vida y sú manera de hablár el castellano. Llegaron a una tierra con un carácter muy marcado, y con un idioma própio que desconocian totálmente. Pasaron de vivír en pequeñas ciudades rurales a encontrarse solos en el asfálto de una grán ciudád, donde todo pasa muy deprisa y sin tiempo para pensár algo dós veces.

La acogída que brindaba Cataluña a la inmigración era agridulce. Por un lado era necesaria aquella mano de obra de aluvión que llegaba, era necesaria en las grandes y pequeñas indústrias, era necesaria en los andamios de las construcciónes que engrandecian dia a dia aquella Barcelona dinámica en crecimiento contínuo, era necesaria en los pequéños comercios y en el servicio doméstico de los burgueses de buena família.

En mi caso, mis padres se instalaron en el centro de Barcelona, al lado de las Ramblas. Pero la mayoria se instaló en la periferia de la ciudád. En todos los municipios del área metroplitana, crecieron barrios enteros con los recién llegados, cerca de la áreas industriales. En casi todas las ocasiones, barrios que no contaban con los servicios minimos, ni de transporte, ni de saneamiento, ni siquiera comercios que pudiesen atendér las necesidades de sús nuevos habitantes. Estos barrios serian con el tiempo la cuna de un poderoso movimiento asociativo vecinál que libró duras batallas en el finál del  franquismo por sú derecho a disfrutár de unos barrios dignos, y que sirvieron de plataforma a algúnos partidos políticos a la llegada de la democracia.

 Por otro lado, algúnos catalanes sentian miedo de quedár diluidos entre aquella maréa humana que llegaba continuamente a sú tierra. Y aquí empezaron las fricciones entre naturáles y foráneos.

Durante el siglo XVI, se produjo una fuerte corriente migratoria francesa hacia Cataluña. De aquella época procede un vocablo despectivo que se usó para desígnar a los descendientes de aquellos inmigrantes franceses : charnego ( en catalán : xarnego ).

Parece sér que el vocablo procede del antiguo gascón, definiendo a un extraño que no habla la lengua del lugár.

Inmediatamente, algúnos catalanes empezaron a usár esta palabra con sú acepción mas despectiva para designar a los recién llegados. A continuación transcribo una entrada de un diccionario catalán para este vocablo :

                                   - Perro lebrél
                                   - Hijo de una persona catalana y una francesa
                                   - Hijo de una persona catalana y una no catalano-hablante
                                   - Inmigrante castellano-hablante en Cataluña
                                   - Persona castellano-hablante no adaptada al catalán

La adapatación de los inmigrantes andalúces, extremeños y gallegos en Cataluña, no fué dramática, pero tampoco fué fácil, sobre todo para la primera generación. Al lógico sentimiento de nostalgia por el terruño se unió el desprecio de un pequeño sectór de los naturales, lo que provocó la formación de pequeños ghettos donde se recreaba el ambiente del lugár de procedencia, con poco o ningún contacto con la realidád catalana, creandose bares, bailes y lugares de ocio donde se reunian en sus horas libres los emigrantes.

Con el tiempo, la palabra charnego perdió aquella capacidád despectiva, e incluso se introdujo en el imaginario de la cultura catalana gracias a la literatura y de la mano del grán escritór Juán Marsé. El personaje protagonista de "Últimas tardes con Teresa", el inolvidable "Pijoaparte". Un inmigrante que vive en las barracas del Turó de la Rovira, y en sú afán por salír del suburbio intenta seducír a una muchacha de la burguesia adinerada, y conseguír el pasaporte que le saque de sú miseria cotidiana.

Convivencia para mí fué la adaptación de aquellos recién llegados a sú nueva tierra. Con esfuérzo, trabajo y mucha ilusión por progresár y salír adelante, se fueron limando las asperezas, se consiguió el respeto y el cariño de la tierra de acogida, y nos integramos en el lugár que se convirtió en nuestra tierra definitivamente.

En mi caso, me siento orgulloso de mi mestizaje, de dominár dos lenguas diferentes desde la cuna, y de habér conseguido fundír lo mejór de los dos mundos : sú cultúra. He asumido perfectamente mi condición de presunto charnego. Hace ya tiempo que descubrí que me apasionan los lugares fronterizos, suelen sér más emocionantes e interesantes que los homogeneos

Y me ha enseñado a respetar profundamente a los que ahóra llegan hasta aquí procedentes de America del Súr, de la Európa Orientál, de África buscando trabajár honradamente y asegurarse un porvenír mejór con el sudór de su frente. Porque siempre tendré presente la nostalgia que mis padres sentian por la tierra abandonada. Porque el peór drama para un país, o una tierra es que sús mejóres hijos, los más fuertes y capaces, emigren a otro lugár. Porque con ellos se marcha la fuérza, la capacidád y la sangre viva de esa tierra. Lo mejór de ella.

Convivo con esta nueva oleada multicolór en mi bárrio, un lugár que ya acogió a anteriores oleadas migratorias procedentes de la península. No es una convivencia idílica, algúnos de estos recién llegados proceden de zonas rurales y les cuesta adapatarse a un entorno urbáno, pero tampoco funciona mál.

Dias atrás, me sorprendió un comentario de un vecino mio, Cárlos, cubáno,  muy orgulloso de habér nacido en La Habana :
- Estos "guajíros" ( campesinos ) están degradando el bárrio.
Me hizo sonreír, y después de pensár un poco le respondí :
- Los "guajíros", como tú los llamas, a la vuelta de unos años se ducharán tres veces al dia, y andarán obsesionados con conseguír un cubo de basura hermético que les evite los malos olores en la cocína.
Me miró con una duda en el rostro.
- Ya lo verás, Carlos. Solo es cuestión de tiempo, a todos nos gusta la buena vida.

El pasado domingo, andaba reflexionando sobre el contenido de este artículo. A la hora de almorzár, el plato que habia preparado mi esposa me dió un perfecto ejémplo de convivencia y de sinérgias de ingredientes procedentes de los cuatro puntos cardináles de este país : Pulpo a la gallega con "cachelos", ( patatas cocidas ). No hacia falta ír muy lejos, tenia un claro ejémplo en el plato :

              - Pulpo atlántico ( origen : Galicia )
              - Patatas de secano del valle de Bás ( origen : Cataluña )
              - Pimentón dulce y picante ( origen : Múrcia )
              - Aceite extra virgen ( origen : Andalucia )
              - Sal gorda flór ( origen : Alicante )

Unos humildes ingredientes, que por separado no són gran cosa, procedentes de las cuatro esquinas del país, sumados son un manjár digno de un príncipe. Lo acompañamos con un vino rosado navarro

domingo, 3 de octubre de 2010

LO QUE HAY QUE TENÉR EN LOS PIRINEOS, PERSEGUIDO POR LOS NAZIS

Para los aficionados a la aeronaútica el nombre de Charles Elwood Yeager, "Chuck" Yeager exhala el perfúme de una leyenda viva. El 14 de Octubre de 1.947 a 13.700 metros sobre la verticál de la por entonces conocida como base Muroc, fué el primér piloto en rompér la barrera del sonido a los mandos de un avión cohete experimentál, el X-1.

El próximo dia 14 de Octúbre, recibirá un homenaje en la población pirenaica de Sort, Lerida. ¿ Que relación guarda el primér piloto supersónico de la historia con este rincón de los Pirineos catalanes ?.

Yeager es uno de esos hombres inclasificables por sú valór y tenacidád, que nunca se rinden ante la adversidád, álguien comparable a Douglas Bader, el comandante de caza de la R.A.F que volaba con piérnas ortópedicas, a quién ya he dedicado algún artículo.

Charles Elwood Yeager nació en una pequeña localidád de las montañas de West Virginia en el seno de una familia humílde el 23 de Febrero de 1.923.

Con 16 años recién cumplídos, se enroló en las fuerzas aéreas como mecánico de aviación. Tres años más tarde, en 1.942 realizó el curso de pilotaje, graduandose como piloto de caza.
Por entonces ya dió muestras de sú acusado carácter, ya que para celebrár sú graduación como piloto, realizó toda una serie de maniobras a baja altúra sobre su pueblo natál con un caza P-47 Thuderbólt, acción que sembró el pánico entre algúnos lugareños, y que casi le cuesta sú recién ganada condición de piloto.

El mando de la escuéla de vuelo consideró que era más urgénte la necesidád de pilotos calificados en el frente, que atendér las airadas quejas de los vecínos, así que "pasaportaron" a aquél gamberro transfiriendolo al Mando de caza de la Octava Fuérza Aérea en Europa.

El 5 de Marzo de 1.944, al dia siguiente de adjudicarse sú priméra victoria en combate, Yeaguer fué derribado por trés cazas alemánes al sureste de Burdeos, sobre la Francia ocupáda. Llegó al suelo sin novedád, pero fué perseguido por soldados alemánes que advirtieron sús descenso. Aprovechó la cercania de un bosque para deshacerse de sús perseguidores y ocultarse. Años mas tarde, comentó sobre este incidente : "Todavia ha de nacér el alemán que atrape a un Virginiano como yó en un bosque". Hay que advertír que la modestia no es una de las cualidades de Yeaguer, que tiene algo de sangre Cherókee en sús venas.

Después de ocultarse un pár de semanas, contactó con un leñadór francés con el que no pudo comunicarse, pero que lo puso en contacto con la agrupación locál del maquis, la Resistencia.

Estuvo un pár de meses en Nerác, al norte de Toulouse, con los resistentes, a los que adiestró en el manejo de los explosivos que les hacian llegár desde el S.O.E británico para realizár sabotajes en la zona. El padre de Yeaguer era un perforadór de pozos petrolíferos, y "Chuk" se habia familiarizado con sú manejo en la niñéz




"Chuck" Yeaguer alcanzó por fín la frontera Española en Bóssost, en el valle de Arán, cargando sobre sús hombros a otro piloto con una pierna amputada por la rodilla, acción que le valió la Medalla de Bronce al Valór. Inmediatamente fué detenido por la Guardia Civíl y trasladado al puesto de Sort, donde quedó bajo arresto alojado en el hotél Pessets. Para aclarár estas circunstancias hay que recordár que Sort era por entonces una pequeña áldea fronteriza con un calabozo apto para solo media docena de personas. Por entonces, estaba lleno a rebosár con los fugitivos que diariamente escapaban a España procedentes de la Francia ocupada y que huian de los nazis por diversos motívos. Eran una multitúd, con procedencias nacionales muy diversas, y los que no eran retornados a Francia, eran internados en campos de concentración.

 En aquellas féchas, el gobierno de Franco tenia claro que los Aliados estaban ganando el conflícto, y sú actitúd hacia los aviadores  militares norteámericanos, ingleses y canadienses se habia suavizado bastante, facilitando su retorno a Inglaterra sin internarlos. Por otra parte, el consulado Norteamericano se hacia cargo del hospedaje y manutención de sús militares que conseguian alcanzár el territorio españól y eran detenidos por la Guardia Civíl.

Un més mas tarde de su llegada a Sort, Yeaguer retornaba a Inglaterra. Una directríz interna de la USAF prohibia que los aviadores que habian sido derribados sobre territorio enemigo volviesen a sobrevolarlo en combate, e iba a sér devuelto a los Estados Unidos. La protesta de Yeaguer fué monumentál y consiguió enterevistarse con el mismisimo Eisenhower para impedír sú retorno a América. La conversación con el comandante supremo en Europa fué bastante interesante :
- Tengo a muchachos bajo mi mando que se disparan a sí mismos en un pié para regresár a casa. A ustéd se le ordena regresár y se niega a hacerlo, ¿ porqué lo hace ?.
- Mi generál, no quiero abandonár a mis compañeros después de tan solo ocho misiones, tengo aún mucho trabajo por hacér.
La respuesta hizo sonreír a Ike Eisenhower, y autorizó el retorno de Yeaguer al servicio actívo después del desembarco en Normandia. Por entonces, los "maquis" ya se habian sublevado, y la posible información que Yeaguer pudiese dár después de un hipotético derribo sobre Fráncia, habia perdido sú valór.
Eisenhower no se arrepintió de saltarse las normas en el caso de Yeaguer. "Chuck" se convirtió en el primér "as" de caza Norteamericano en derribár cinco aviones enemigos en una sola misión.


Acabada la guerra, Yeaguer se incorpóró a los escuadrones de pruebas experimentales, y todo lo que vino después es sobradamente conocido por todos. Multiples marcas de velocidád y altura, y el mando de un escuadrón especializado en vuelos de investigación estratosferica, que pusieron los fundamentos de la carrera espaciál.

El periodista y escritór Tom Wolfe se inspiró en él para su libro "The right stuff", ( Lo que hay que tenér ), que aquí se editó bajo el nombre de "Elegidos para la gloria", donde se narraban los heroícos comienzos de la carrera espaciál.

El 14 de Octubre de 1.997, en el cincuenta aniversario del primér vuelo transónico, "Chuck" Yeager volvió a superár la barrera del sonido con setenta y cuatro años a los mandos de un caza F-15 Eagle, y actuálmente sigue pilotando y participando en festiváles aéreos en Estados Unidos a pesár de sú avanzada edád.

El homenaje que se le realizará en sort dentro de unos dias, se enmarca en una serie de actividades culturáles promovidas por el gobierno catalán para recordár a todos aquellos que cruzaron el Pirineo catalán huyendo de la ocupación nazi de Europa en aquellos años terríbles.

Deberia sér un homenaje a los que huian por motívos políticos o religiosos, a los que no se rindieron y decidieron peleár contra la tirania desde el bando aliado. Y sobre todo, un sentido homenaje a todos aquellos que dejaron sú vida en el camino de la libertád, extensivo también a todos aquellos que desde el máquis y la clandestinidad colaboraron pasando a los fugitívos hasta territorio españól, jugandose también sú vida.

Para los que quieran ampliár el conocimiento de este episodio no tan conocido de la segunda guerra mundiál, recomiendo vivamente un ensayo publicado recientemente por un historiadór catalán :

                                      
                                        "Las montañas de la libertád"
                                          Autór : Josép Calvét
                                          Editoriál : Alianza Editoriál
                                          Fecha de publicación : Febrero de 2.010.